En un dramático giro de los acontecimientos, Rebel Wilson está siendo demandada por los productores de su debut como directora, “The Deb”, pocos días después de que ella los acusara públicamente de mala conducta en las redes sociales. El 10 de julio, Wilson, de 44 años, recurrió a Instagram para publicar un video detallado en el que alegaba “mal comportamiento” de los productores Amanda Ghost, Gregor Cameron y el productor ejecutivo Vince Holden. Según Rebel Wilson, sus quejas fueron recibidas con “absoluta crueldad y comportamiento de represalia”, y acusó además a los productores de bloquear el estreno de la película en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF).
La demanda, presentada por Ghost, Cameron y Holden, alega difamación y busca responsabilizar a Wilson por lo que describen como un intento de “intimidarlos” para que cumplan con sus “demandas irrazonables”. Los productores argumentan que las declaraciones de Wilson, acusándolos de malversación de fondos y comportamiento inapropiado en el set, no tienen fundamento y han causado un daño irreparable a su reputación. Representan a Wilson como alguien que se presenta a sí misma como una defensora de las artistas femeninas pero que, en realidad, según ellos, actúa como un matón para promover sus propios intereses.
La acción legal contra Wilson también hace referencia a controversias anteriores, incluidas las acusaciones que hizo en sus memorias, “Rebel Rising”, sobre la conducta inapropiada de su coprotagonista de “Grims by”, Sacha Baron Cohen. Aunque Cohen no se menciona en la demanda actual, los productores sugieren un patrón de comportamiento en el que Wilson hace afirmaciones sin fundamento.
Los productores también citan un incidente que involucró a una joven artista, Hannah Reilly, a quien Wilson supuestamente le otorgó una beca para desarrollar el guión de “The Deb”. Afirman que Wilson se molestó cuando no recibió el crédito completo por la escritura del proyecto, lo que generó más disputas. Según la demanda, Wilson tomó represalias reviviendo historias ficticias de acoso sexual y malversación de fondos contra Ghost y Cameron.
En respuesta a la demanda, Rebel Wilson publicó varias historias de Instagram negando con vehemencia las acusaciones y afirmando que tiene 200 testigos del elenco y el equipo para respaldar sus afirmaciones. Criticó a los productores por intentar enterrar la película y los acusó de comportamiento de represalia desde que denunció su mala conducta. “¡No es difamación si es la VERDAD!” escribió, compartiendo fotos de ella con el equipo de producción de la película.
Wilson expresó su frustración por la retirada de “The Deb” del TIFF y describió la decisión de los productores como devastadora. Reiteró sus acusaciones de comportamiento inapropiado hacia la actriz principal y malversación de fondos, enfatizando la tensión financiera que esto causó a la película de pequeño presupuesto.
Los productores, sin embargo, sostienen que la conducta de Wilson en el set no fue profesional. La acusan de negarse a colaborar, ausentarse durante meses y hacer revelaciones no autorizadas sobre la película. Argumentan que su decisión de retirar “The Deb” del TIFF estuvo influenciada por las disputas en curso instigadas por Wilson sobre créditos y licencias.
En la demanda por difamación, presentada en el Tribunal Superior de California, condado de Los Ángeles, los productores pretenden abordar el daño que, según afirman, han causado las declaraciones de Wilson. Alegan que Wilson utilizó su plataforma de redes sociales para difundir información maliciosa y falsa a sus 11 millones de seguidores, intentando así obligarlos a cumplir con sus demandas.
A medida que se desarrolla la batalla legal, Wilson se mantiene desafiante y continúa compartiendo su versión de los hechos en las redes sociales e insistiendo en su profesionalismo y dedicación al proyecto. El conflicto entre Wilson y los productores de “The Deb” pone de relieve las complejidades y los grandes riesgos que implica la industria cinematográfica, especialmente cuando surgen acusaciones de mala conducta y disputas profesionales.
